La vida cósmica

Pierre Teilhard de Chardin. Escritos en tiempos de guerra (1916-l917)


Ahora tenemos la oportunidad de rescatar sentimientos y emociones que un hombre como Teilhard vivió en aquellos tiempos y ahora los revivimos en la última edición que nos ha preparado la Editorial Trotta y que nos ofrece en dos volúmenes editados en 2017: La vida cósmica y La Gran Mónada.

El jesuita, científico, paleontólogo y místico Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) fue uno de los testigos presenciales de los acontecimientos bélicos. En la línea del “frente” y en contacto con el dolor se despertó su genio teihlardiano como evolución de su pensamiento religioso, místico, filosófico y científico. El alma mística de Teilhard se abrió a altas consideraciones sobre el sentido profundo e interactivo de la vida. Durante los periodos de reposo, llenó, con su letra a la vez menuda, rápida, enérgica y distinguida, cuadernos enteros en los que confiere una formulación rica y compleja de su pensamiento. Estos escritos del tiempo de la guerra contribuyen hoy, un siglo después de su redacción, a que se conozcan mejor las raíces de su pensar.

La redacción de La vida cósmica se terminó el 24 de abril de 1916. Fue como su “testamento intelectual” ya que contiene ”en germen, todo el desarrollo posterior de su pensamiento”. En sus escritos posteriores es donde hay que buscar la forma definitiva de su pensamiento.

“Escribo estas líneas por exuberancia de vida y por apremio de vivir, para expresar una visión apasionada de la Tierra. Amo el Universo, sus energías, sus secretos, sus esperanzas, y porque, al mismo tiempo estoy consagrado a Dios.  No está permitido al hombre poseído de la verdad y de la realidad dejarse llevar indefinidamente con incoherencia por cualquier viento que sople y amplifique su alma. Tarde o temprano sobreviene el momento en que por fin tenemos que introducir la unidad y la organización en el fondo de nosotros mismos –comprobar, escoger, jerarquizar nuestros amores y nuestros cultos, destrozar nuestros ídolos y no dejar más que un único altar en el santuario.”

A partir de la Santa Evolución estaba muy interesado en la reconciliación de Dios y el Mundo.
                               
             
El cuerpo de Cristo

Et Verbum caro factum est. Eso fue la Encarnación. De ese primer y fundamental contacto de Dios con nuestra raza, en virtud precisamente de la penetración de lo Divino en nuestra naturaleza ha nacido una Vida nueva, agrandamiento inesperado y prolongación de nuestras capacidades naturales. Es también la única savia que asciende hasta las ramas a partir del mismo tronco, la Sangre que corre por las venas bajo el impulso de un único Corazón, el influjo nervioso que atraviesa los miembros bajo la disposición de la misma Cabeza; y la Cabeza radiante, el Corazón poderoso y el Tronco fecundo, son inevitablemente Cristo. En virtud de la Gracia nos identificamos con una misma Realidad superior que es Jesus.”

“Oh, sí, Jesús, Yo lo creo y quiero proclamarlo sobre los tejados y las plazas públicas, no sólo sois el Dueño exterior de las cosas y el esplendor incomunicable del Universo: más que todo esto, sois la influencia dominante que nos penetra, nos posee, nos atrae, por la médula de nuestros deseos más imperiosos y más profundos; sois el Ser cósmico que nos envuelve y nos consume en la perfección de su Unidad. ¡Así y por eso yo os amo por encima de todo! Tenía yo sed, Señor, de ser, ante todo, yo mismo, al salir de mi mismo y habéis sido Vos quien fiel a vuestra promesa me habéis refrigerado con el Agua viva de vuestra Esencia preciosa.” “Que para tener parte con vos, no me sea absolutamente necesario rechazar ese mundo radiante en cuyo éxtasis me he despertado…”

Son recomendables otros temas que aparecen en el texto inicial: El escándalo del Reino de Dios, el Cristo Cósmico, la Santa Evolución y muchos otros de relevante interés por su gran trabajo de síntesis. Gracias a Editorial Trotta por los dos volúmenes que nos introducen en la génesis de un pensamiento tan brillante, vertebrador y motivante como el de Pierre. Más adelante presentaremos en este blog los Cinco Círculos del medio místico diseñados por Teilhard: El círculo de la presencia, el círculo de la consistencia, el círculo de la energía, el círculo del Espíritu y por fin el círculo de la persona.

Salvador Guasch

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