Salvador
Mi primer e impactante toque espiritual fue en 1953. Me llevó al primer monasterio de la Compañía de Jesús, en la que permanecí más de 25 años. La vida jesuítica me formó, me llenó y me fortaleció en una vida entregada totalmente a la voluntad de Dios. Cristo era mi vocación y la unión con Dios era mi aspiración, guardando mi corazón para aquel otro corazón que regía mi pensar y mi sentir. Abierto al Espíritu, una serie de circunstancias providenciales me abrieron el camino lejos de mi país, a contactar con el movimiento pentecostal iniciado en la Iglesia Católica en la Universidad de Notre Dame.
Una experiencia mística pentecostal desbordó los límites de mi espiritualidad, en un encuentro crístico no dual y transpersonal muy fuerte. Aquella experiencia me evidenció un sentido más pleno de la Biblia y de mi propia vida. El aumento de consciencia vivido allá a finales de los sesenta, y en plena revolución contracultural, fue complicando mis relaciones con la Iglesia y la Compañía de Jesús. Cuando salí de la Compañía perdí el vínculo de aquella comunidad unida por unos mismos objetivos. Ello me llevó a profundizar más en mi vida personal y espiritual.
Por diversas circunstancias me he mantenido soltero, casado conmigo mismo y fiel a Dios en búsqueda de unidad total. Solo hay un Señor en mi vida, y en diáspora estoy unido especialmente, cada vez más, con personas con una espiritualidad muy verticalizada, pero también horizontalizada, siempre abierta al proyecto de Dios y al cumplimiento de su voluntad.
Fundé con otros compañeros el monasterio virtual de espiritualidad, para personas interesadas primeramente en su vida interior, y en ese matrimonio místico que busca la máxima fidelidad a Él y obertura a los demás. Contemplativo en la acciones, pero también contemplativo en la relaciones.
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Me ha gustado mucho que digas "contemplativo también en las relaciones". El Dios de Jesús nos llama a ser UNO CON ÉL EN EL AMOR. PERSONALMENTE VIVO LA CONTEMPLACIÓN COMO UNA CONSECUENCIA: SU AMOR... DESDE AHÍ DESCUBRO Y, TRATO DE ESTAR ATENTA, A DIOS EN TODO Y EN TODOS,...¡ÉL ES EL SEÑOR DE MI VIDA, MI REDENTOR"
ResponderEliminarPOR ESO ME LLAMA A SER VIVA MEMORIA DE JESÚS, ESTÉ DONDE ESTÉ. Tener unos ojos y una mirada amplia para descubrirle cada día ¡Es una gozada, aún en medio del dolor!
Un fuerte abrazo de una peregrina red-en
Desde Buenos Aires capital, te saluda una laica contemplativa en accion. Soy psicologa , madre de dos varones y esposa. Y doy gracias a Dios ya que mi familia acepta mi forma de vida desde hace muchos años.
ResponderEliminarun abrazo
adri
¿Monasterio en la Compañía? Casa, mejor. ¿no?
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