Necesitamos la imagen de un futuro al que queramos ir
Ha llegado el momento de abrazar la totalidad del legado espiritual de la humanidad
Navidad 2020
Para mí, el máximo aprendizaje claro es la apertura del corazón y la humildad
«Estos gurús de masas son y forman parte de lo peor del supermercado espiritual. En concreto quiere decir el que quita la oscuridad de la mente. Pero por el contrario, estos gurús, aprovechando la minoría de edad emocional de muchísimas personas, abusan de ellas, les explotan, les exigen obediencia ciega. Son un mal ejemplo. Distorsionan las enseñanzas para rentabilizarlas y mercantilizarlas.»
«Uno puede ir a una enseñanza espiritual, iniciática o yóguica, no para crear más dependencias y más lazos dependientes afectivos, si no precisamente para quebrarlos y obtener más desapego. Por eso un trabajo muy importante en la enseñanza oriental es quebrar la imagen y la autoimagen. La imagen es aquello que proyectamos sobre los demás y la autoimagen es aquello que proyectamos sobre nosotros mismos, y para avanzar, ya que la imagen y la autoimagen son máscaras del ego, para avanzar es imprescindible quebrar esa imagen y autoimagen. Implica romper las dependencias emocionales, salir de tu propia cárcel.»¿Por qué se vive? «Es un desatino, un despropósito que ninguna de las teorías evolucionistas resuelven. La pregunta no es porqué sino para qué. Es la pieza clave, el gran interrogante. Se puede vivir este desatino con consciencia, con lucidez, con compasión o de una manera totalmente mecánica, limitada. Yo creo que la mayor tragedia del ser humano es la mecanicidad, vivir en una consciencia crepuscular semiatrofiada, lo que llamaba Buda la consciencia empañada. Yo no creo lo que dice mucha gente de la nueva era, que venimos aquí para aprender, yo eso no lo creo. Yo lo que creo que ya que estamos aquí en este viaje misterioso y a veces pavoroso que es la vida, ya que estamos aquí vamos a tratar de aprender algo.»
«Para mí, el máximo aprendizaje claro es la apertura del corazón y la humildad. Es lo que yo he empezado a vivir de verdad después de este estado de muerte [Hace casi diez años, en un hospital de Madrid, le daban apenas cuatro horas de vida por una infección cerebral]. No hay aprendizaje de vida. En la escuela no suelen enseñar. Todavía prevalece el modelo de acumulación de datos.»
¿Se trata mal a los jóvenes? «Se trata mal a los profesores. Por duro que sea en realidad hemos convertido esta sociedad en un estercolero.»
«Toda persona con lucidez ve lo que hay, ve más allá de las apariencias, las bagatelas, los oropeles que nos presenta esta sociedad. Y esta visión profunda o penetrativa indudablemente nos remueve.»
«Hay personas que encontramos o hemos encontrado herramientas para poder instrumentalizar todo eso hacia el autoconocimiento, el desarrollo, la autorrealización, hay personas que al carecer de estas herramientas y verse en este estado emocional tan agónico, lo que quieren es salir de él. Unos salen a través de las drogas, otros a través de la ludopatía, otros a través del engaño continuado de elevar el coeficiente de actividad hasta lo más paranoide, pero son modos de resolver neuróticamente la vida agónica que muchos jóvenes y también muchos ancianos viven.»
«Sería mejor buscar la armonía, entendiéndola como el arte o ciencia de conciliar los opuestos. Si tú estás en el peso de un reloj de péndulo, tú vas y vienes con el peso del péndulo. Pero si tú asciendes por la varilla y te sitúas en el extremo superior de la varilla tú ves como va el péndulo a uno y otro lado pero tú te mantienes en lo que llamaba Buda el camino del medio.»
«Si te crees iluminado ve a visitar a la familia, porque es que es muy fácil ser un buda sin tratar con nadie. El convivir es un ejercicio muy interesante si aprovechas incluso los roces y fricciones y las contrariedades como material de autoobservación, para observarte. Cuantas más reacciones negativas tengas mejor porque más te ayuda a conocerte, a verte tu lado neurótico, tus agujeros psíquicos, tus torturadores internos para tratar de ir poco a poco superándolos.»
«Buda dijo, mente clara corazón tierno. Y no enredar tanto, no tantas palabras. Desde los tiempos de Buda apenas se ha evolucionado. Hemos avanzado en la técnica, en la sanidad, pero absolutamente nada en lo que es nuestra vida psicológica y espiritual. Mientras el ser humano no cambie de raíz, qué podemos esperar de él. En cientos de años sigue habiendo atrocidades, desigualdades, sembramos el planeta de horrores y errores.»
«Como vivimos en una conciencia planetaria nihilista, mientras no salgamos a la conquista de una conciencia planetaria constructiva cooperante y amorosa no hay nada que hacer. Cuantas religiones ha habido, cuantos grandes maestros, cuantos iniciados. Todo está dicho pero nada está hecho. Al final comulgo con lo que decían los sabios más antiguos de Oriente, la mente es la precursora de todos los estados, y todos los estados nacen de la mente. Si no cambiamos la mente, aquí no hay nada que hacer, seguirá habiendo buenas personas, malas personas pero no hay un cambio real. Lo he visto incluso en monasterios cristianos y en monasterios budistas, en Oriente y en Occidente, se pelean, les puede el ego.»
Extracto de una entrevista a Ramiro Calle, unos de los pioneros del yoga en España, realizada por Jordi Jarque y publicada en La Vanguardia.
Imagen: ilustración del Bustan (Orchard) de Sa'di. © The Metropolitan Museum of Art.
Construir el silencio
Wittgenstein, la palabra y el abismo
La vida tiene momentos decisivos, esos que ninguna enfermedad puede borrar. Todos sabemos cuáles son los nuestros. En el caso de Wittgenstein, hubo al menos dos. El primero se produce en Viena, poco antes de viajar a Cambridge. Asiste a una obra de teatro. Uno de los personajes, que vive al margen de lo establecido, hereje y filósofo de aldea, cuenta de dónde extrae su calma interior. Tras una enfermedad en la que estuvo solo y abandonado, escuchó una voz interior que le decía: “Formas parte del todo y el todo forma parte de ti. No puede ocurrirte nada”. Estas palabras fueron para Wittgenstein como una revelación. Le produjeron la impresión de que había en él algo independiente de las circunstancias, algo indestructible, fuera del tiempo. Ese algo no era una deducción lógica o intelectual, sino una convicción no lingüística, fundamental, que le llevaría a buscar una y otra vez los límites del lenguaje.
Este texto forma parte de un artículo de Juan Arnau Navarro publicado por Babelia.
Meditaciones sobre cómo vivir el tiempo que nos queda
En su vejez Theodor Kallifatides (Grecia, 1938) atraviesa una crisis personal que se acopla a la crisis del mundo, a un cambio de época que afecta a la cultura, a los usos y costumbres, a los valores, y cuyas consecuencias aún son imprevisibles. En Otra vida por vivir asistimos a un proceso de búsqueda y de transformación del autor. La edad no es un obstáculo para asumir el crecimiento, la evolución, el aprendizaje constante de la existencia. Cargar con años y experiencias a la espalda, lo que sí añade es intensidad y sabiduría. De ahí que este libro resulte altamente enriquecedor en estos tiempos de inmediatez. De ahí que nos aporte tanto.
Este texto forma parte de un artículo de Emma Rodríguez publicado por Lecturas Sumergidas.
La mejor creación de la inteligencia es la compasión
“La mejor creación de la inteligencia es la compasión, y yo creo que pocas realidades vivas tienen tanta compasión del conjunto de la vida como el bosque. El bosque es quien más hace por la continuidad de la vida en este planeta. Y es la vacuna contra la próxima catástrofe de la humanidad: el cambio climático.
Sin árboles no hay vida posible. Sus suspiros son nuestro aliento. Es inabarcable su capacidad de convivir y dar cobijo a toda suerte de organismos, pensemos que en un árbol de la selva amazónica puede haber más de 1.000 especies distintas. Hay comunicación y auxilio entre los árboles de un bosque. La simbiosis de las micorrizas es esencial en la vida.
El árbol en lugar de competir convive. Sí, y en vez de excluirse se asisten mutuamente y gracias a eso hay vida. Resulta curioso que todos esos seres vivos silenciados saben vivir, pero la inteligencia humana no sabe hacerlo.
Vivimos contra la vida, porque el modelo energético, educativo, el que quiera, es antivitalista. Utilizamos nuestra inteligencia para distanciarnos de la vida. Es un parricidio. Respiramos 380 millones de veces en una vida de 80 años, por tanto tendrás que ser capaz de amar a eso que te permite estar vivo, algo en lo que no se hace hincapié en el sistema educativo.
El humano lleva dentro nostalgia de ese hogar inicial. Pero hemos dejado de ser bosque para ser hacha y llama, desierto y aserradero.
Hay que naturalizarlo todo. Si creemos que hay una salud para el humano y otra para el resto de lo viviente es que no se ha entendido nada. Solo hay una salud, y su fuente son todos los sistemas, procesos, ciclos, prestaciones, dádivas y regalos que nos hace la naturaleza. El bosque es el sistema inmunitario del planeta Tierra, comprender eso nos salvaría de futuras epidemias.
Necesitamos un planteamiento vivaz, es decir: sin limitar, ni erosionar, ni envenenar, ni destruir la vida.”
Este texto forma parte de una entrevista publicada por La Contra de La Vanguardia (10/06/2020)
La importancia de sentir que vamos a morir y no sólo saber que vamos a morir
“Si sintiéramos que nos vamos a morir seríamos mejores personas, no seríamos tan narcisistas, si sintiéramos que nos vamos a morir aprovecharíamos mejor el tiempo... nos dedicaríamos más a buscar aquello que no es mera supervivencia y comodidad o dinero... o estatus... las cosas más profundas de la vida las buscaríamos más si supiéramos que la vida es un recurso escaso, que lo es.”
![]() |
Claudio Naranjo |
In memoriam de Willigis Jäger, místico cristiano y maestro zen
El pasado viernes 20 de marzo, a las 9 de la mañana, murió en Holzkirchen (Alemania) Willigis Jäger, uno de los más grandes maestros espirituales de nuestra época, que representaba la convergencia de las tradiciones espirituales de Oriente y la mística de Occidente. Lo hizo tranquilamente, en serenidad y en compañía de los que lo amaron. Para muchos de nosotros, su experiencia y su enseñanza ha supuesto una gran revelación y una gran ayuda para renovar nuestra espiritualidad. Pero, a pesar de ser una persona bastante conocida, pocos portales y medios se hicieron eco. Él mismo había escrito unas palabras con las que concluía mi anterior post: “No tienes por qué tener miedo. ¡Extiende tus manos! Serás llevado. Al final tendremos que hacer tan solo una única cosa: desapegarnos. Dichoso aquel que termina a tiempo su búsqueda allá fuera, queriendo volver a la casa paterna, como el hijo del relato del Hijo Pródigo”. Sean estas palabras un in memoriam agradecido.
Este texto forma parte de un artículo de Victorino Pérez publicado por Religión Digital (28/03/2020)
La espiritualidad no es un fin en sí mismo

Karen Armstrong, escritora especializada en religiones comparadas, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2017
Este texto forma parte de una entrevista publicada por El País (08/04/2020)
Foto © Ulf Andersen / Getty Images